13 de junio de 2012

Síndrome de Stendhal

Seguro que todos de alguna u otra manera habréis oído hablar de éste síndrome, ¿verdad? Los que sepáis de qué hablo seguro que pensáis que es todo pura palabrería y romanticismo. Yo antes de sufrirlo tampoco me tragaba mucho que una obra de arte pudiera causarte vértigo, confusión, acelerarte el corazón como potro desbocado o hacerte sudar la gota gorda. Me he acordado de este estado psicosomático porque dentro de poco hace un año que me fui a pasar un mes a Florencia y me ha entrado un poco de morriña. Este síndrome es llamado también como Síndrome de Florencia, de ahí que me acordase del síndrome y de la experiencia que os voy a contar.


Tengo que decir que a mi el síndrome no me "atacó" en "Galleria degli Uffizi" , como al hombre que acuñó el término, sino que lo experimenté en Londres. Corría entonces el año 2009 y yo me encontraba en The National Gallery. Iba con un grupo de gente, cuando mirando un cuadro me quede demasiado embobaba y al darme la vuelta me di cuenta de que estaba sola. Me puse un pelín nerviosa y comencé a recorrer las salas apresuradamente, impaciente por encontrar a mis amigas. No iba siguiendo un orden, un plano, ni mucho menos fijándome en los cuadros. Entré apresuradamente en una sala dándome de bruces con unos cuantos cuadros de Turner. Sufrí un colapso, no puedo describirlo de otra manera, pues me paré tan en seco que cualquier  hubiera dicho que vi un fantasma. No esperaba encontrármelos así, de sopetón, y yo, en mi infinita ignorancia, creía que sus cuadros eran más pequeños. El que más me impresionó fue "Ulysses se burla de Polyphemus - Odisea de Homero" Todos los cuadros de Turner me encanta, y éste no es que fuese mi preferido, pero al verlo tan grande y tan perfecto me impresionó enormemente.






"Ulises burlando a Polifemo" - William Turner . 1829. 123 cm x 203 cm



Os sonará muy romántico, y más de uno os mofareis de mí, pero el corazón comenzó a latirme con más fuerza ( y no, no era por estar "perdida") y oleadas de calor sacudían mi cuerpo. Me encontraba shockeada y sin poder apartar la vista del cuadro. Otras veces me he quedado embobada con distintos cuadros, pero esta vez fue demasiado. La luz del atardecer inundaba todo el cuadro y me hizo sentir tan  bien que me entrarpn ganas de llorar de lo feliz que me sentía por poder contemplar tanta belleza. A pesar de estar sudando en frío y sentirme muy mareada no podía dejar de mirar. Es muy difícil de explicar para mí lo que sentía, pero parecía que me encontraba dentro del cuadro, fue una sensación muy extraña. De repente me di cuenta de que no sabía cuanto tiempo llevaba allí parada y que mis ojos estaban bañados en lágrimas. Me sentí tan estúpida y con una noción tan pobre de si alguien me había observado o no que salí pitando de la sala. Ni siquiera me paré a mirar detenidamente los demás cuadros. Cuando por fin encontré a dos de mis amigas estaban sentadas en un banco esperándome. Me preguntaron que dónde había estado tanto rato, y que teníamos mucha prisa, pues los demás nos estaban esperando ya fuera del museo. Intuyo que estuve bastante tiempo parada observando el cuadro, y al salir tenía sentimientos encontrados: feliz por haber disfrutado de una experiencia tan intensa y preciosa; y triste, pues estuve tanto tiempo delante del cuadro de Turner que no pude ver muchas de las salas de The National Gallery.



En más de una ocasión me ha pasado algo parecido a la experiencia que os acabo de contar, pero no de manera tan desmesurada. Es cierto que también me ha pasado en Florencia, pues allí es imposible pasear por sus calles y que no te den ganas de llorar por sentirte la persona más afortunada del mundo. Frente a los Botticelli de La Galeria Uffizi también me emocioné, pero no hasta el límite de temer caerme redonda al suelo. Supongo que porque la visión no me pilló de improviso y ya sabía lo que me esperaba en cada sala. Si lo que me ocurrió en Londres fue realmente lo que conocemos como Síndrome de Stendhal no lo sé. Lo que si sé es que realmente llegué a emocionarme con el cuadro de una manera que no creí que fuera capaz, aún habiéndome ya emocionado anteriormente con éstas cosas.

Y vosotros, ¿habéis tenido vuestro momento Stendhal? Si es así me encantaría leerlo :-)

8 comentarios:

  1. Nunca había oído hablar del síndrome Stendhal, y no recuerdo que me haya pasado algo semejante alguna vez... o a lo mejor sí, pero no me doy cuenta ahora mismo. La verdad es que ese cuadro en esa foto con ese tamaño que has publicado es bonito, pero no impresiona tanto, aunque en tamaño gigante debe ser impresionante, y comprendo lo que te sucedió.
    .Estelle.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Quizá algún día tengas la "suerte" de sufrirlo jejeje :) Cuando te pase nos lo cuentas ;)

      Eliminar
  2. No sé...yo la verdad es que estuve en Londres delante del cuadro y me gustó, pero no me pasó nada raro, de hecho nunca me paso nada semejante con ningún cuadro . Dependerá de la persona y de su sensibilidad o sus gustos. Mi personalidad hizo que me emocionara en Times Square en Nueva York,jeje, porque pasas de estar en una calle normal a entrar en un mundo de fantasía y fiesta. Te lo encuentras también de sopetón. Es lo más parecido que se me ocurre. Bueno, con "el jardín de las delicias" de El Bosco", si que me quedé un poco apijotada, ahora que lo recuerdo...un besín vida

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jajajaja si, quedarse apijotado es normal, pero esto va mas allá, se sufren mareos, alucinaciones, sudores en frío, incluso crisis de llanto jajajaja No te creas que tampoco es muy agradable, a mi me temblaban hasta las rodillas jajaja hiperventilé de tal manera que yo creí que me caía redonda jejeje ;)

      Eliminar
    2. jajajajaja. Con lo sensiblera que soy alguna vez me tiene que pasar. De momento no...supongo que si viera alguna tumba de algún famoso que admire como le ocurrió a Eliza con Jim Morrison igual si que me pasaba, jeje.un besín vidi

      Eliminar
  3. Me parece que yo soy propensa al síndrome Stendhal porque me ha pasado con varias piezas de arte y lugares... Apolo y Dafne, el Panteón de Roma, el museo d'orsay, las tumbas de Jim Morrison y Serge Gainsbourg, etc...
    :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues si que eres propensa tu al síndrome de Stendhal Eliza! jajajaja Eso es que eres una persona muy sensible al arte :) un besin!

      Eliminar
  4. He leído varias veces sobre este síndrome, pero nunca en un libro de psicología, jeje, tengo que buscarlo a ver que dicen. Yo nunca he sentido algo parecido, aunque varias obras me han emocionado, pero no hasta tal punto.

    ResponderEliminar